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Arquitectos: Romera y Ruiz Arquitectos
- Área: 107 m²
- Año: 2018
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Fotografías:Iombi García
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Proveedores: AutoDesk, Breinco, Cortizo, Weber
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El diálogo entre la luz y la sombra, entre el espacio reflejado y la masa opaca, es la idea principal de la primera electrolinera de Canarias, ubicada en Santa Cruz de Tenerife, donde encontrar experiencias en movimiento que cambian a lo largo del día. De esta forma se inscribe en un ritmo luminoso que no sólo marca las pautas de los días, sino que se transforma con las estaciones del año, mostrando el paso del tiempo.
El entrelazamiento de la marquesina que flota y la pieza negra mate que descansa sobre el suelo, genera una ambigüedad perceptiva que nos sumerge en un medio que replica lo que percibe. Juntos componen un triángulo casi equilátero que es un foco visual de su entorno inmediato. La edificación hace de fondo de la escena donde pasan las cosas entre bambalinas, mientras el espacio libre se llena de actividad filtrada por los telones vegetales.
El diálogo entre ambos volúmenes, marquesina y pieza construida, se produce en el suelo y vacío que los separa, produciéndose aquí el punto de entrada de luz de la marquesina hacia el edificio. El espacio bajo la cubierta se convierte en un juego de espejos, donde las relaciones se dan entre lo real y lo virtual. El hecho de romper el suelo, de enmarcarlo bajo la marquesina de manera precisa, refuerza esa idea de virtualidad, donde el usuario o el viandante se introduce en un mundo de lo imaginario. La percepción del conjunto se caracteriza por la levedad desprendida del juego formal de la marquesina con sus entradas de luz, reforzada por la ligereza visual que aporta el nuevo material de revestimiento, así como la textura inclinada de los jardines, que muestra una dimensión cambiante según el lugar por donde te aproximes.